Saturday, July 13, 2013

A VECES LLEGAN CARTAS...





















Me gusta recibir cartas…es como si recibiera un pedazo de alguien que está muy lejos.

Las cartas siempre me han dado gran alegría…en Cuba de niña, recibía cartas de una prima que vivía en Ohio…para mí un lugar muy lejos casi inalcanzable.

En el exilio…las cartas de mis padres…no se si esas me traían alegría o me destrozaban el corazón…ver sus palabras llenas de tristezas por la ausencia y a la vez con un amor infinito…para una niña de 10 años que jamás se había separado de sus padres.  Con ansias esperaba…y temía, pues cada una de ellas me recordaba la distancia que nos separaba y el dolor de extrañarles.

De jovenzuela…cartas de un novio que cumplía el servicio militar…me daba ilusión verle con su uniforme y su gorra…soldado de un país en guerra…siempre que recibía una carta…pensaba…tal vez esta será la última…la estrechaba sobre mi pecho…y corría a responder…antes de que el enemigo pudiese intersectarla y dejarlo sin mi respuesta.

Después hubo mucho tiempo que pase sin recibir cartas…mis afectos ya no estaban distantes…había visitado la ciudad de Ohio…la cual no estaba tan lejos…mis padres habían llegado a reunirse conmigo…y el novio volvió…pero el tiempo de ausencia mato el amor…nos dejó solo como buenos amigos.

Ahora en los tiempos del  correo electrónico, el móvil, Facebook y toda la comunicación a nuestro alcance…es casi imposible recibir una carta…

Pero como todo en la vida se repite…hace solo unos días recibí una carta…la cual esperaba con gran ilusión…quería tener en mis manos un pedazo de papel...que hubiese estado en sus manos…deseaba saber cómo era su letra…como se expresaría fuera de un correo electrónico…

Al llegar la carta…me volvió la alegría de ver un sobre con sellos…de abrir cuidadosamente una envoltura…alcanzar un pliego de papel…Que me escribió sus más hermosos pensamientos…su más sublime amor…Que ilusión…aquella misma de cuando tenía 10 años…solo que ahora son las cartas de la vejez…Esas que cuando llegan nos quitan años y nos transmiten ensueños...

Gracias por escribir…por acortar la distancia…por dejarme saber que existes…que no eres un sueño lejano…por poner por escrito toda tu ilusión…todo ese amor…gracias por devolverme el placer de esperar al cartero y apretar en mis manos un pedazo de ti.

Esperare tus cartas como se espera algo muy querido…y como siempre en mi vida… las cartas solo han sido…un espacio para salvar la distancia…sé que pronto estarás conmigo…no sé si bajo tu cielo o tal vez bajo el mío…pero aunque viva en tu misma ciudad, en tu misma calle…por favor no dejes de escribirme nunca…mantén el sueño vivo.

 

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