Thursday, July 18, 2013

GUARDIA DE AMOR








GUARDIA DE AMOR


Pongo mi voluntad, en su armadura
de dolor, de trabajo y de pureza,
a cada puerta de la fortaleza
porque sueles entrar en mi amargura.

Mensajes de deleite y de ternura
escucho en torno, en la delicadeza
del verde campo en flor… -¡Ya mi tristeza
va a sucumbir, de nuevo, a tu locura!-…

Para no oírte, muevo mis esposas,
y golpeo el escudo con la espada,
de mi pasión, a un tiempo, esclavo y dueño.

Mas el dormir me ata con tus rosas,
y tú te entras, cruel y desvelada,
por la puerta vendida de mi sueño.






Saturday, July 13, 2013

A VECES LLEGAN CARTAS...





















Me gusta recibir cartas…es como si recibiera un pedazo de alguien que está muy lejos.

Las cartas siempre me han dado gran alegría…en Cuba de niña, recibía cartas de una prima que vivía en Ohio…para mí un lugar muy lejos casi inalcanzable.

En el exilio…las cartas de mis padres…no se si esas me traían alegría o me destrozaban el corazón…ver sus palabras llenas de tristezas por la ausencia y a la vez con un amor infinito…para una niña de 10 años que jamás se había separado de sus padres.  Con ansias esperaba…y temía, pues cada una de ellas me recordaba la distancia que nos separaba y el dolor de extrañarles.

De jovenzuela…cartas de un novio que cumplía el servicio militar…me daba ilusión verle con su uniforme y su gorra…soldado de un país en guerra…siempre que recibía una carta…pensaba…tal vez esta será la última…la estrechaba sobre mi pecho…y corría a responder…antes de que el enemigo pudiese intersectarla y dejarlo sin mi respuesta.

Después hubo mucho tiempo que pase sin recibir cartas…mis afectos ya no estaban distantes…había visitado la ciudad de Ohio…la cual no estaba tan lejos…mis padres habían llegado a reunirse conmigo…y el novio volvió…pero el tiempo de ausencia mato el amor…nos dejó solo como buenos amigos.

Ahora en los tiempos del  correo electrónico, el móvil, Facebook y toda la comunicación a nuestro alcance…es casi imposible recibir una carta…

Pero como todo en la vida se repite…hace solo unos días recibí una carta…la cual esperaba con gran ilusión…quería tener en mis manos un pedazo de papel...que hubiese estado en sus manos…deseaba saber cómo era su letra…como se expresaría fuera de un correo electrónico…

Al llegar la carta…me volvió la alegría de ver un sobre con sellos…de abrir cuidadosamente una envoltura…alcanzar un pliego de papel…Que me escribió sus más hermosos pensamientos…su más sublime amor…Que ilusión…aquella misma de cuando tenía 10 años…solo que ahora son las cartas de la vejez…Esas que cuando llegan nos quitan años y nos transmiten ensueños...

Gracias por escribir…por acortar la distancia…por dejarme saber que existes…que no eres un sueño lejano…por poner por escrito toda tu ilusión…todo ese amor…gracias por devolverme el placer de esperar al cartero y apretar en mis manos un pedazo de ti.

Esperare tus cartas como se espera algo muy querido…y como siempre en mi vida… las cartas solo han sido…un espacio para salvar la distancia…sé que pronto estarás conmigo…no sé si bajo tu cielo o tal vez bajo el mío…pero aunque viva en tu misma ciudad, en tu misma calle…por favor no dejes de escribirme nunca…mantén el sueño vivo.

 

Saturday, July 6, 2013

POEMA DE LA CERTEZA


















Te quiero…aunque tú no me quieras.

Te busco…aunque sé que no estas.

Te hablo…aunque tú no me escuches.

Te detengo…porque sé que te vas.

 

Más que a nada y a nadie…te quiero.

Más allá del deber…mucho más.

Te espero…aunque sé que no vienes.

Y porque espero que vengas…Vendrás.






Tuesday, June 25, 2013

LA NINA CORDOBESA







Quiero vivir en un mundo
maravilloso que tenga
su frente por horizonte
y sus ojos por fronteras,
sin más noches que la dulce
noche de su cabellera,
ni más estrella de plata
que las de sus manos buenas,
soñando mañana y tarde,
por única recompensa,
con el laurel de su nombre
para ceñir mi cabeza,
y dando todas las voces
musicales de la tierra
por una sola palabra
de la niña cordobesa.



Monday, June 17, 2013

LA VIEJA DE LA PLAZA

























Quiso tener un hijo
para llamarlo Luna
y por querer, lo quiso
más que ninguna.
Que todas las estrellas
de las alturas,
fueran madre con ella,
una por una.

Quiso tener un hijo
para estrenarlo a tiempo,
antes de que la vida
le ponga precio.
Le amarre la fortuna
entre los dedos
o acaso la locura,
la luz o el miedo.

Quiso tener un hijo
y se marchó a buscarlo.
Revisó las galaxias,
astro por astro.
Se llenaron de niebla
sus ojos claros,
en las muchas tinieblas
del desengaño.



Quiso tener un hijo,
pero no tiene nada
más que un paisaje triste
en la mirada
y un mundo de muñecos
sobre la cama
y el alma, como el cuarto,
desordenada.

Es esa pobre vieja
que sentada en la plaza,
ve jugar a los niños
alucinada.
Ella hubiera querido
llamarlo Luna...
y por querer, lo quiso
más que ninguna.

Aunque jamás lo dijo,
la vieja de la plaza
sé, que esperaba un hijo,
yo sé que lo esperaba,
mas se fueron sus sueños
de trasnochada
y como no volvieron
ya no espera más nada.



Posted by Cuqui Cayro
A. Cortez

Thursday, June 13, 2013

POEMA DE LOS DONES

















 Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.

De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden

las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.

De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.

Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.

Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.

Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.

Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.

¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?

Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.